La tendencia casi irresistible de mantenerse en contacto con amigos y familiares es de gran importancia hoy en día. El Internet, el textearse, los teléfonos celulares – todos ellos han posibilitado que la gente se conecte a cualquier hora del día o de la noche, no importa dónde vivan o en qué zona horaria estén.
Para algunos, esta comunicación es imprescindible para intercambiar información comercial, opiniones políticas, o simplemente para planear reuniones. Pero para otros, puede que sea señal de temor a sentirse separados, solos y aislados. Es normal tener el deseo de sentir el apoyo de la familia y los amigos, de su apoyo y amor. Por otra parte, cuando ese deseo de convierte en obsesión, eso puede ser un problema.
Recuerdo un día en que me sentí totalmente separado de amigos y familiares. Era una sensación de vacío repentino que mis circunstancias humanas no podían resolver. Acababa de ser asignado en el exterior en una misión militar. No conocía a nadie. Incluso los compañeros con quienes me había entrenado habían sido enviados a otros países. Yo era soltero, sin familia ni amigos, con pocas posibilidades de estar en contacto con aquellos que me eran conocidos.
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